
Las voces de alarma se suceden, científicos, ecólogos, gobernantes, periodistas, líderes religiosos, y cada día más movimientos sociales en todo el mundo, alertan sobre una realidad ya incontrastable ante las evidencias que día a día muestran los cambios y las catástrofes derivadas del calentamiento global.
Reflexionamos en momentos que la reunión del G20 en Glasgow analizaba en medio de una pandemia aún activa, los retrocesos acaecidos respecto de la anterior reunión de París.
Es un tema vasto y universal que afecta a todo el planeta, desde las superpotencias más desarrolladas industrialmente, hasta las numerosas naciones más pobres que viven en un neocolonialismo estructural que mantiene en la pobreza –hoy en día- a más de tres mil millones de los 7.5000 millones de habitantes del mundo.
Las advertencias que muestra la naturaleza cada día parecen no encontrar respuestas concretas de quienes tienen en sus manos la principal responsabilidad que provocan las alteraciones climáticas.
Nosotros continuaremos informando sobre los efectos que se vienen produciendo en la fruticultura en particular y en el ecosistema agropecuario y la continua devastación forestal.