Releyendo las ediciones de más de tres décadas de nuestros aniversarios, podríamos elaborar una historia del desarrollo del sector frutícola, hortícola y de las economías regionales. Recorrimos durante tres décadas la Argentina frutihortícola desde Orán en Salta, el Ramal jujeño, Tucumán, la olivicultura de Catamarca y La Rioja; San Juan y Mendoza hasta el Valle de Río Negro y Neuquén de la pera y la manzana. La Mesopotamia desde Corrientes, Concordia, Santa Fe, la citricultura y el arándano, y en la provincia de Buenos Aires, Otamendi y Balcarce. Particularmente, vimos surgir la gran producción de invernáculos en el Gran La Plata y el desarrollo de la horticultura en distintos Partidos de la provincia de Buenos Aires.
Fuimos testigos del surgimiento inicial del arándano, del kiwi y de la caída de la producción del bananal de Salta y Formosa durante la vigencia de la Convertibilidad.
Informe Frutihortícola surgió cuando se inauguraba el Mercado Central de Buenos Aires; su evolución, desarrollo y crisis se puede conocer a través de las entrevistas a todos los presidentes o directores de la Corporación. Pero su desarrollo en relación al sector frutihortícola (origen de su creación) no puede explicarse al margen de la enorme concentración demográfica del Gran Buenos Aires y la Ciudad capital –el AMBA- que hoy, prácticamente alcanza los 20 millones de habitantes, casi la mitad del país. El Mercado hoy es un área de gran concentración desde depósitos fiscales de la Aduana, de grandes supermercados, y de servicios de toda clase. Y dicho sea de paso, toda la superficie, desde el Riachuelo hasta la Riccheri, es un enorme foco de contaminación ambiental con CO2, sin árboles que lo aminoren.
Otro de los graves problemas que creó la deformación económica territorial del AMBA, es el costo de la distribución de frutas y hortalizas, así como de alimentos en cientos de miles de comercios pequeños y medianos de dicha superficie. Problemas que lejos de solucionarse, se agravan y encarecen día a día.
A lo largo de nuestra trayectoria periodística, nos hemos enriquecido con la participación en numerosas actividades del sector, en Seminarios de los INTA’s, Congresos de Horticultura, y de la Citricultura en Tucumán y Concordia, en numerosas jornadas de empresas proveedoras, en todas las provincias. Y conocimos el nacimiento y desarrollo del riego localizado por goteo.
Nuestras ediciones de la década del ’90 reflejan lo acontecido en las dos ediciones de FRUTAR, en plena vigencia de la Convertibilidad. La crónica de esos Congresos contienen los discursos del ex ministro Cavallo y del ministro de Agricultura quien afirmaba que tenían que desaparecer 300.000 productores en el país, (objetivo logrado). Solo en Salta, de las 8.000 hectáreas de bananas quedaron menos de 1.000. Y hoy importamos de Ecuador y otros países, por un valor de 300 millones de dólares anuales.
Todas nuestras ediciones (en papel hasta la llegada de la pandemia) pueden leerse en las Bibliotecas del INTA (calle Chile 460 de la CABA), en la Hemeroteca de la Facultad de Agronomía de la UBA, en el INTA San Pedro y casi todas las Experimentales; del Valle, Yuto, Tucumán, y en la Biblioteca del diario Río Negro y la Bolsa de Cereales en Buenos Aires.
En las últimas décadas visitamos La Rioja y Catamarca registrando el crecimiento y desarrollo de la olivicultura y actualmente estamos reflejando el sector vitivinícola y bodeguero que conforma la mayor economía regional agroindustrial.
A lo largo de nuestra trayectoria fuimos invitados en dos oportunidades a la Fruit Logística de Berlín, a la INTERPOMA de Bolzano, Macfrut en Italia, Exposición olivícola en Jaén, Fruit Atraction en Madrid, el Congreso Internacional de Citricultura en San Pablo y Congreso de la Fruticultura en Chile.
Nuestra posición está marcada hoy por el estudio del desarrollo de las economías regionales, su crecimiento y sus problemas estructurales.
Hoy nuestra revista en la Web está sostenida por nuestros hijos, Pablo, Mercedes y nuestro nieto Tomas.
Saludamos a los Directivos de todas las empresas que nos acompañan en nuestras ediciones
Estela Villagra – Carlos Ceballos Guzmán