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ECONOMIAS REGIONALES

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En el marco de  la  crisis económica

Resulta inevitable analizar la  situación que atraviesa la  economía en  general,  en  relación a la  agricultura y  la  industria  agroalimentaria de nuestro país,  en el  marco  de una  crisis  política  que es el resultado, precisamente,  de la crisis económica de al menos 30  años atrás.

Lo hemos analizado en  nuestras ediciones  anteriores,  reflejando  las asimetrías  que  existen en la estructura  productiva argentina entre las  economías  regionales y  las  del sector  agropecuario tradicional.

Las  diferencias entre  ambos  sectores  deben considerarse en  relación  al  plan  de “Precios máximos”  durante  cuatro meses para  los agroalimentos.

En primer lugar  hay  una  gran  diferencia  entre  frutas, y hortalizas frescas, y la gran  producción de granos,  cereales  y  carnes y la diversidad de alimentos  procesados.

Ya  hemos  analizado las causas  del encarecimiento de frutas  y  hortalizas que  llegan a las grandes ciudades (principalmente  al AMBA) desde cientos y miles de  kilómetros, y frutas,  como bananas,  paltas y  otras  que  se importan  de Ecuador, Brasil o  Paraguay, , por   ejemplo.  Y  el costo  que  ello conlleva en  flete  y  divisas. Y  no  es  lo  mismo   estoquear  bananas o  café,  que  el Cartel  importador guarda en reservas haciendo   negocios  con  el dólar.

La mayor parte de los  agroalimentos industrializados  que cubren las góndolas  de los grandes supermercados, provienen  de las grandes  empresas ubicadas  en el Gran  Buenos  Aires,  Córdoba o  Santa Fe. Y  que  procesan industrialmente frutas y hortalizas  de las  economías  regionales.

Estas  grandes  empresas tecnológicas,   procesan  bajo  formas,  contenidos y envases,  distintos, alimentos  como  tomates, arvejas, frutas,  jugos de  frutas,  especias, aceitunas, condimentos, hortalizas desecadas,  mermeladas, etcétera..  Y muchas de  ellas   son  empresas   extranjeras  que  a  su vez importan  alimentos  industrializados de sus países de   origen.

Son productos  industrializados que se estoquean  y  pueden conservarse largo tiempo a  diferencia  de los perecederos como las hortalizas,  en  depósitos  que  poseen  las grandes empresas  alimenticias, y son  factibles de especulación comercial.

Las  hortalizas y  las frutas frescas no se pueden estoquear (salvo la manzana) y  sufren pérdidas en  el proceso  desde la producción,  lejana, hasta las  distribución en  cientos  de  miles  de comercios  pequeños o grandes de las concentraciones urbanas. Porque  además, las  hortalizas  de  hoja  tienen escasa  duración  poscosecha  y pérdidas en  la manipulación  comercial.

La resolución  del Gobierno  nacional  de  aplicar  un  “congelamiento”  de  precios por cuatro  meses, no  se sostiene con  los perecederos por las  diferencias que existen  y  la  diversidad   de  orígenes  de los productos   regionales. Y  al  contrario  de los manufacturados,  desde  Noviembre a  marzo del año siguiente, las  frutas  y  hortalizas  bajan de precio.

Y  como  el  “movimiento”  se   demuestra andando, habrá  que observar  cómo  se   comporta  el   sistema comercial de  gran   escala., como son los Supermercados (en su mayoría  extranjeros)  que exigen  dólares  para   importar  miles de  manufacturas y alimentos  procesados.  (C.C.G.  Informe F.H.)

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